Nacimos del recuerdo de una abuela que sabía que el vino se abría para celebrar, conversar y reunir a la familia. Nuestra tienda es un homenaje a esa manera de vivir: sencilla, cercana y llena de pequeños detalles.

Cada rincón de nuestro espacio, cada botella en nuestras estanterías, está impregnado de cariño y respeto por la tierra, las uvas y quienes las cultivan.

Queremos que, cuando entres en El Celler de l’àvia, sientas ese calor de hogar: el olor a madera, la conversación tranquila, el consejo sincero.

Te invitamos a formar parte de esta historia y descubrir el alma del vino en cada visita.